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Dificultad para dormir bien, demasiados pensamientos en el momento de conciliar el sueño, insomnio, sonambulismo... Los trastornos del sueño son frecuentes y numerosos. Según un estudio del Institut National du Sommeil et de la Vigilance realizado en 2021[1], los franceses duermen una media de 6 horas y 41 minutos entre semana y 7 horas y 33 minutos los fines de semana.
Estas cifras suponen un descenso de más de media hora desde 2015, cuando una cuarta parte de los franceses ya se quejaba de falta de sueño, sobre todo los días laborables, y un tercio afirmaba sufrir trastornos del sueño.
Uno de cada dos franceses sufre trastornos del sueño, que se han agravado con la pandemia, los sucesivos confinamientos y los periodos de toque de queda[2].
Como consecuencia, el 16% de los adultos padece insomnio crónico y el 45% de los jóvenes de 25 a 35 años considera que no duerme lo suficiente o menos de lo que debería. En total, se calcula queuna de cada tres personas sufre problemas relacionados con el sueño[3].
Estos trastornos del sueño deben tomarse muy en serio: el descanso desempeña un papel vital en todas las fases de nuestra vida: social, profesional y relacional. La falta de sueño puede provocar numerosas patologías, como la enfermedad de Parkinson, asma, taquicardia, bronquitis crónica e hipertiroidismo, así como un mayor riesgo cardiovascular en las personas con insomnio (estudio publicado en la revista Circulationde la AmericanHeart Association). Además, dormir menos conlleva cambios en las relaciones sociales y la interacción con los demás.
Existen varios métodos para aliviar estos trastornos: relajación, meditación, yoga, medicación... pero no siempre es fácil o deseable tomar compuestos químicos para aliviar estos trastornos. Sin embargo, existen otros métodos mucho más suaves y completamente no adictivos.
Los cannabinoides se promocionan regularmente por sus supuestos beneficios sobre el sueño y la ansiedad en general. Desempeñan un papel regulador sobre los receptores del sistema cannabinoide, actuando sobre el sistema nervioso.
Según los estudios científicos, poco a poco se empiezan a reconocer sus beneficios relajantes, analgésicos y antiinflamatorios. Según las investigaciones científicas actuales, el CBN, un componente cannabinoide del mismo modo que el CBD, inhibe la captación de GABA, ácido gamma-aminobutírico, que el cuerpo produce de forma natural. El GABA es el principal neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso central y su función principal es regular la actividad cerebral, desconectando el cerebro cuando es necesario.
En resumen, el GABA sirve para controlar los pensamientos negativos y su repetición, sobre todo al conciliar el sueño. Por lo tanto, tiene un efecto calmante en el cerebro, que se traduce en relajación muscular y reducción de la ansiedad. El mismo efecto produce el CBD, un relajante natural derivado de la planta de cannabis sativa, uno de los cientos de cannabinoides que se encuentran en el cáñamo. El efecto de bienestar del CBD actúa directamente sobre el sistema endocannabinoide, que controla un gran número de funciones biológicas como el sueño, el estado de ánimo y el dolor.
Aunque los estudios clínicos aún no están suficientemente desarrollados, es innegable el papel del cannabidiol para reducir el estrés y la ansiedad y ayudar a frenar los trastornos del sueño. La ventaja del CBD es que no tiene efectos adictivos ni efectos secundarios. Con niveles de THC inferiores al 0,3%, no tiene efectos psicoactivos. Al contrario, el CBD ayuda a regular el ciclo y el ritmo del sueño.
Se dice que varios productos reducen la ansiedad y el estrés ayudando a relajar los pensamientos y a aliviar el dolor muscular. Entre ellos, el CBD ofrece una alternativa a los compuestos químicos y no crea dependencia ni riesgo de sobredosis.
El CBD ayuda a conciliar el sueño más rápidamente: reduce el estrés y relaja los músculos. Calma el sistema nervioso y favorece la producción de melatonina, la hormona del sueño que regula los ritmos biológicos.
También ayuda a dormir más tiempo: la relajación de los músculos y la regulación del estrés hacen que el sueño sea mucho más reparador que un sueño sin estas fases REM. Se evita así la somnolencia, los despertares bruscos y el insomnio.
El CBD no crea adicción, por lo que la elección del producto dependerá del gusto del consumidor. Ya sea en aceite, vapor, resina o flores, la elección es amplia y la eficacia del CBD estará presente.
Se dice que el aceite de CBD es la forma más eficaz para conseguir un efecto relajante casi inmediato y ayudar a conciliar el sueño. El aceite contiene ingredientes activos que son esenciales para que el cuerpo funcione correctamente. Los consumidores se colocan unas gotas de aceite bajo la lengua, esperan un minuto y luego ingieren el aceite con o sin agua.
En flores, el CBD puede tomarse en infusión, ideal después de cenar y antes de acostarse. Menos activas pero que proporcionan un ritual de bienestar más sustancial, las infusiones pueden añadirse a la rutina diaria. Hemos elegido dos variedades prometedoras:
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También se dice que la vaporización es una ayuda importante para conciliar el sueño: unas cuantas inhalaciones antes de irse a la cama le ayudarán a caer inmediatamente en los brazos de Morfeo y conseguir un sueño reparador. La resina de hachís CBD Jelly es un ejemplo perfecto de relajante natural.
Por la noche, a la hora de acostarse, evite vaporizar e-líquidos.
En conclusión, el CBD puede ayudarte a dormir mejor, pero no sustituye a un estilo de vida saludable que incluya una dieta sana, actividad física regular y la prohibición de las pantallas antes de acostarse. No dudes en echar un vistazo a nuestro blog para saber más sobre los beneficios del CBD.