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La fibromialgia o síndrome fibromiálgico[1] es una enfermedad reumática poco reconocida y de tratamiento complicado. La fibromialgia es más frecuente en mujeres de mediana edad (aparición entre los 20 y los 50 años) y se caracteriza por dolores articulares y musculares intensos, gran cansancio, trastornos del sueño, insomnio y/o trastornos del estado de ánimo.
El diagnóstico de la fibromialgia puede llevar algún tiempo, ya que los síntomas y el dolor de la fibromialgia son bastante similares a los asociados a otras enfermedades crónicas, como la artritis reumatoide, la artrosis, las migrañas, etc. No hay un único síntoma presente y esto no ayuda a identificar la fibromialgia. No hay un único síntoma y esto no ayuda a identificar la fibromialgia.
Aunque la fibromialgia tiene cierta tendencia a estabilizarse con la edad y no conlleva la aparición de lesiones musculares, ya constituye un verdadero hándicap en la vida de las personas que padecen esta enfermedad[2].
Las causas de la fibromialgia se remontan a varios factores, y aún se están realizando estudios científicos para definirlos con exactitud. Por citar sólo algunos: un estrés emocional importante sufrido en la infancia o la adolescencia y repetido en la edad adulta, una disfunción de ciertas zonas del cerebro y una anomalía fisiológica de los sistemas nervioso y hormonal (niveles reducidos de ciertos neurotransmisores como el glutamato y la serotonina), o ciertos factores genéticos.
Para aliviar el intenso dolor causado por la fibromialgia, una solución propuesta es tomar CBD, que se encuentra de forma natural en el cannabis o el cáñamo en niveles de entre el 1 y el 4%.
Es absolutamente esencial distinguir el CBD del THC (tetrahidrocannabinol), una molécula presente en la resina de cannabis en un nivel del 10 al 30%, que tiene efectos psicoactivos responsables de la euforia. Por lo tanto, el cannabidiol o CBD no tiene efectos psicoactivos, a diferencia del THC, que no es legal[3]. El CBD sigue siendo objeto de numerosas investigaciones científicas y se le atribuyen efectos muy beneficiosos sobre el sistema inmunitario y sobre el equilibrio energético e inflamatorio.
Una de las causas de la fibromialgia es la falta de serotonina en el cerebro(al igual que ocurre con muchas enfermedades, como la esclerosis múltiple, el Parkinson y la poliartritis, que requieren soluciones e ingredientes relacionados con el tratamiento crónico del dolor).
Tomar y usar CBD, en forma de aceite líquido o planta, tiene un impacto médico positivo y útil en el sistema de la serotonina.
Aunque el mecanismo de este impacto aún no se ha comprendido del todo, se cree que el CBD interactúa con 3 receptores de serotonina diferentes: 5-HT1A, 5-HT2A y 5-HT3A y que tiene un impacto positivo en el sistema de la serotonina y, por tanto, en los problemas asociados a la fibromialgia, pero las propiedades de este mecanismo aún están por descubrir.
En el caso de la fibromialgia, por ejemplo, algunas investigaciones muestran una reducción significativa del estrés y del dolor crónico gracias a las propiedades ansiolíticas naturales del cannabidiol, en aceite o en otra forma. El CBD mejora el sueño y el estado de ánimo y actúa sobre ciertos factores clave en la fibromialgia. En un estudio realizado sobre el cannabis en 2014 por la National Pain Foundation, una asociación de enfermos de fibromialgia[4], el 62% de las 1.400 personas analizadas sintió una clara mejoría de su dolor y el 33% una leve mejoría. Por ello, aunque todavía se están realizando análisis para demostrar de forma concluyente el impacto del cannabidiol en la fibromialgia, muchos enfermos lo utilizan para relajarse y aliviar su dolor.
El CBD puede tomarse de varias formas, incluidos aceites para ingerir o aplicar en la zona dolorida.
En el caso del aceite de CBD Full Spectrum, basta con aplicar unas gotas deaceite de CBD en la lengua.
Los beneficios se notarán al cabo de unos 20 minutos y la cantidad de aceite se ajustará en función del equilibrio que encuentre. Para la fibromialgia, se recomienda una dosis de 10 a 100 mg al día, dependiendo de tu peso y de tu reacción al CBD. No se conoce ningún riesgo de sobredosis, pero presta mucha atención a la fatiga que sientes. Si se vuelve más intensa de lo habitual, has alcanzado el límite de la dosis.