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CBD es la abreviatura de cannabidiol, uno de los muchos cannabinoides que se encuentran en el Cannabis, que se compone de dos subespecies: Cáñamo y Marihuana.
En términos de concentración, el CBD es el segundo cannabinoide más importante del cannabis, justo después del THC (tetrahidrocannabinol).
A diferencia del THC, el CBD no produce efectos psicotrópicos como la euforia.
El CBD no provoca disminución de los reflejos ni somnolencia.
Sin embargo, dependiendo de la cantidad ingerida, los efectos del CBD difieren: en dosis bajas, el CBD puede dar sensación de energía y hacer que te sientas alerta, mientras que en dosis muy altas (sobredosis), el CBD relaja y favorece la somnolencia.
Por último, un informe del Comité de Expertos de la Organización Mundial de la Salud[1] confirma que el CBD no crea adicción. Asimismo, el CBD se tolera bien, incluso en dosis elevadas de hasta 1.500 mg al día.
En el caso de las mujeres embarazadas, los estudios no confirman la ausencia de riesgos asociados al consumo de CBD.
El cannabis se utilizaba para tratar el dolor en China ya en el año 10.000 a.C.
Más recientemente, los científicos han descubierto que ciertos componentes del cannabis, incluido el CBD, tienen efectos analgésicos.
Algunos estudios[2] han demostrado que el CBD puede ayudar a reducir el dolor crónico al actuar sobre la actividad de los receptores endocannabinoides.
En este estudio[2], 15 de los 18 ensayos clínicos mostraron resultados significativos en cuanto al alivio del dolor.
Los pacientes, tras dos semanas de tratamiento indicaron una reducción de la intensidad del dolor ≥30%.
Además, un medicamento llamado Sativex, que es una combinación de THC y CBD, ha sido aprobado en muchos países para tratar el dolor asociado a la esclerosis múltiple.
El CBD también se utiliza como remedio natural complementario para aliviar lesiones deportivas.
El CBD se utiliza, entre otras cosas, para aliviar el dolor asociado a la artritis, el dolor de espalda, la menopausia, etc.
El CBD también puede tener un efecto sobre el estado de ánimo. Las propiedades terapéuticas de esta molécula a este respecto han sido aún poco estudiadas.
Según un estudio clínico reciente (2018), aunque realizado en ratones: el CBD resulta muy prometedor para tratar tanto la depresión como la ansiedad[3].
En otro estudio brasileño, esta vez realizado en personas, se administró a 57 sujetos CBD por vía oral o un placebo 90 minutos antes de realizar una prueba simulada de oratoria. Los investigadores descubrieron que una dosis de 300 mg de CBD era eficaz para reducir significativamente la ansiedad durante esta prueba. [4]
Si sufres trastornos del sueño o insomnio, tomar CBD antes de acostarte puede ayudarte.
Según un estudio de 2019 de la Universidad de Pittsburgh[5], gracias a su efecto ansiolítico, el CBD resultó eficaz para el 66% de las 72 personas que participaron en este estudio clínico. El CBD ayuda a conciliar el sueño más rápidamente y mejora la calidad del sueño.
El CBD también puede ayudar a reducir las náuseas y los vómitos inducidos por la quimioterapia[6].
Un estudio examinó los efectos del CBD y el THC en 177 personas que sufrían dolores relacionados con el cáncer que no se aliviaban con analgésicos convencionales. Los tratados con un extracto que contenía ambos compuestos mostraron una reducción significativa del dolor en comparación con los que recibieron extracto de THC solo[7].
Un estudio descubrió que con el fármaco Sativex, que combina THC y CBD, se reducían los espasmos en el 75% de las personas con esclerosis múltiple que tenían espasticidad muscular resistente a los fármacos[8].
El CBD tiene un efecto anticonvulsivo Un estudio realizado en 214 personas que sufrían epilepsia grave con dosis de entre 0,9 y 2,3 gramos de aceite de CBD por libra (2-5 g/kg) de peso corporal. Sus ataques epilépticos se redujeron una media del 36,5%[9].
Varios estudios en animales han demostrado que el CBD puede ayudar a reducir la inflamación y la muerte celular (necrosis) asociadas a las enfermedades cardíacas gracias a sus potentes propiedades antioxidantes y antiestrés.
Por ejemplo, un estudio descubrió que el tratamiento con CBD reducía el estrés oxidativo y prevenía el daño cardíaco en ratones diabéticos con cardiopatías[10].
Según estudios científicos recientes, el aceite de CBD puede ayudar a tratar el acné debido a sus propiedades antiinflamatorias y a su capacidad para reducir la producción de sebo[11].
Se cree que el CBD tiene efectos beneficiosos en otras enfermedades de la piel como la psoriasis y el eczema.
[11] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3780801/
En un estudio clínico publicado en 1998[12], se afirmaba que el cannabidiol contenía ciertas propiedades antioxidantes más potentes que las vitaminas C y E, dos poderosos antioxidantes.
Las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson se combaten con CBD y otras dietas ricas en antioxidantes.
Otro estudio de 2018 que recopiló investigaciones de estudios en animales y humanos confirma los efectos neuroprotectores, antiinflamatorios e inmunomoduladores* del CBD y el THC para varias enfermedades neurológicas, incluido el Alzheimer.
*modificación de la respuesta inmunitaria del organismo sin aumentar el riesgo de infección o tumor.